
Los tocados de novia han sufrido una importante evolución a lo largo del tiempo, como tantos de los detalles que componen el look completo de la novia. Desde sus inicios, donde lo máximo que llevaba una novia en la cabeza era el velo, hasta la infinidad de posibilidades que hoy puede permitirse, hay un largo camino andado.
Y es que el mundo de la novia se va acercando cada vez más a la moda, donde imperan, por encima de todo, los deseos de cada una. Se abre así, un amplísimo abanico de opciones, que no se rigen necesariamente por tradiciones y protocolo, a menos que así se quiera expresamente. Por ello, en esta ocasión, en Nôtre Atelier Alta Costura te descubrimos el universo tocados novia, que van mucho más allá del velo. Se trata de una forma sofisticada y original de dar el toque definitivo a tu vestido de novia y que, además, es compatible con cualquier estilo.
El velo: punto de partida de los tocados novia
La historia del velo de novias es apasionante. Tanto en la cultura oriental como en la occidental ha estado presente desde hace milenios y el objetivo del mismo también tiene una raíz común que explica la palabra en sí: velar o proteger a la novia.
En el caso concreto de la cultura occidental, su origen se remonta al mundo clásico donde el velo cumplía la función de proteger a la novia de los malos espíritus. Con el paso de los años fue tomando distintos colores: púrpura, rojizos, dorados… y distintos significados: superstición, sumisión, pureza, inocencia… hasta conservar la identidad de la novia en secreto en las bodas concertadas.
Tras la boda de la reina Victoria con el príncipe Alberto (10 de febrero de 1840), el blanco se impuso en la moda nupcial y, aunque su significado seguía manteniendo una estrecha relación con lo religioso, por primera vez, el mundo de la moda toma nota.
Sin embargo, no es a la reina Victoria a la que le debemos la popularización del velo blanco en las bodas, sino a Eugenia de Montijo, quien lo lució con una tiara de diamantes al casarse con Napoleón el 30 de enero de 1853. Gustó tanto que diferentes personalidades de la alta burguesía, aristocracia y, sobre todo, mujeres pertenecientes a diferentes familias reales lo emplearon como inspiración, convirtiéndolo en una tendencia de moda, que sigue vigente en la actualidad.
Tocados novia para todos los estilos
Como decíamos, a pesar de que los tocados de novia tuvieron su origen en el velo, hoy en día este se ha ido apartando de sus connotaciones estrictamente religiosas hasta convertirse en una parte más de máxima tendencia. Así los tocados de novia tienen el mismo abanico de posibilidades del que disponen las invitadas pero, en “versión novia”.
Por eso, las novias dedican gran atención a esta parte tan importante que completa de manera inequívoca su look y que presenta todo tipo de opciones:
- El velo que, como venimos hablando, ha dado origen a los tocados de novia, pero que en sí mismo ha evolucionado muchísimo con la utilización de distintos tejidos como encajes, tules trabajados y enriquecidos con pedrerías y demás adornos.
- Las preciosas coronas de flores, que inicialmente se realizaban sobre todo en flores naturales, hoy en día se convierten en auténticas obras de arte gracias a materiales como la porcelana, los metales e incluso la alta joyería
- La pamela, que fue tendencia entre las novias de los años setenta del siglo XX, y, ahora, cuatro décadas después, vuelve a vivir un nuevo apogeo. Apostar por las pamelas transmite que eres una mujer dispuesta a arriesgar, pero que, para ello, no dudas en rescatar claves de estilo de antaño.
- Apuestas más arriesgadas como el canotier o el turbante.
- El velo-pamela, un velo diseñado y dispuesto de tal manera que da la impresión de que lo que llevas es una pamela.
- El sombrero + velo. Puedes apostar por esta combinación con cualquier tipo de sombrero que sirva como tocado de novia y el velo incorporado.
- El velo efecto capa o bien aquellas capas que, al llevar capucha, sustituyen al velo, o, también, aquellas que funcionan como parte del vestido, pero que, al ser más largas que el mismo, simulan el velo.
Como ves, hoy en día las opciones solo tienen como límite tu imaginación. En Nôtre Atelier nos encanta una conocida frase de Cecil Beaton, el modisto inglés encargado del fabuloso y premiado vestuario de la película My Fair Lady (1964), que resume a la perfección todo este artículo y nuestra filosofía de trabajo: “sé audaz y diferente, no seas práctica”. En definitiva, sé tu misma y deslumbra con luz propia con los tocados novia que más te fascinan y más te favorecen.
Precisamente… ¿recuerdas la pamela eduardina que lució Audrey Hepburn en My Fair Lady ? Si no la recuerdas, échale un vistazo y contágiate del ¡estilo y glamour en su máxima expresión!