Enfants

¿Qué debe tener el vestido de comunión perfecto para tu hija?

By marzo 28, 2018 No Comments
vestido de comunión a medida madrid

No cabe duda de que podemos encontrar muchos paralelismos entre el día de la primera comunión para una niña y el de la boda para una mujer. En ambos casos, tantos meses de preparativos, tantos nervios e incertidumbres y tantas emociones contenidas, le llevan a celebrar por todo lo alto, dos momentos fundamentales en su vida. En un solo día, reunirá a sus seres más queridos convirtiéndose en protagonista indiscutible.

En su comunión, experimenta por primera vez de manera consciente lo que significa ser el centro de todas las atenciones. El día de su boda, a esa niña hecha mujer se le permite dar rienda suelta a toda la magia que lleva dentro para volver transformarse en princesa. El vestido de comunión es muy similar al de boda, admite diferentes diseños y también puede acompañarse de tocados. Asimismo, en las comuniones las madrinas también juegan un papel esencial. Otra semejanza es que en Nôtre Atelier Alta Costura dedicamos el mismo mimo a la confección del vestido de comunión que al de novia.

El vestido de comunión en España

La indumentaria que lucen los niños y las niñas en su Primera Común está ligada, como no podía ser de otra manera, al Evangelio. Muchos de los apóstoles de Jesús eran pescadores y Él mismo “pescador de hombres”, de ahí viene la tradición de vestir a los niños de marineros.

Las niñas, en cambio, se ponen unos vestidos similares a los de una mujer adulta cuando se casa porque, gracias a la Primera Comunión, las niñas se convierten en novias de Cristo.

Antes de la década de 1960

Hasta los años sesenta del siglo XX, la Primera Comunión era solo un acto social para las familias adineradas. Para el resto era un acontecimiento importante, por ser la primera vez que el niño o la niña recibía el cuerpo de Jesucristo, pero la ropa que llevaban los niños era la propia de los domingos.

Entonces, las niñas de familias pudientes solían llevar sencillos vestidos de gasa con encaje, que, en ocasiones, iban acompañados de velo. En los años cuarenta, el diseño del vestido de comunión tipo cambia radicalmente. Las faldas incorporan vuelo gracias a que los vestidos incorporan las clásicas lorzas que, desde entonces, son una de las señas de identidad más reconocibles de los trajes de comunión para niña.

A partir de los años sesenta

En la citada década se inicia el despegue económico de España y la Primera Comunión comienza a celebrarse con la familia, convite incluido. Por tanto, los vestidos, aunque siguieron siendo sencillos para la mayor parte de la población, sí dejaban claro que el día de la Primera Comunión era ya un acto de importancia social.

Además, en estos años, la costumbre (antes sólo para las clases más pudientes) de que las niñas llevaran tocados, entró con fuerza en todos los estratos sociales. Así, diademas, medias capotas, coronas de flores o hasta pamelas (años setenta) comenzaron a redondear los looks de comunión.

A partir de los últimos años de los ochenta y, sobre todo, inicio de los noventa, el blanco deja de ser el único color de los vestidos de comunión y entran en juego los tonos crema, rosados y azulados. La importancia del acto social que acompaña la Primera Comunión es tal que, desde finales del siglo XX, se diseñan colecciones específicas de vestidos de comunión.

Todo lo que convierte en maravilloso un vestido de comunión

  • Como ya comentamos para los vestidos de novia una de las cosas más importantes es no perder de vista a quién vamos a vestir. Por eso, en este caso no debemos olvidar que estamos vistiendo a una niña y no a una mujer.
  • Asimismo, al igual que con las novias, cada niña tiene su personalidad que debe verse reflejada en el vestido que lleve el día de su comunión.
  • Estas dos primeras premisas nos llevan a la conocida norma de las tres Ges, es decir, gustar a la niña (para que al sentirse cómoda desprenda toda su belleza), gustar a los padres y, también, gustar a los responsables de la iglesia donde vaya a celebrarse el sacramento.
  • Elegante, dotado de detalles, pero sencillo a la vez. Como venimos diciendo a lo largo de nuestros últimos post, creemos muchas veces que “menos es más”.
  • Relacionado con los puntos anteriores, es primordial que el vestido de comunión permita a la niña moverse con facilidad y naturalidad. El acto religioso requiere seriedad y compostura, pero el convite es un momento distendido y, al fin y al cabo, debemos volver a recordar que se trata de una niña que jugará y se divertirá como tal. Lo mejor es que no tenga que cambiarse de vestido y lo disfrute al máximo.
  • Los complementos deben seguir la dirección marcada por la edad y sencillez del vestido. Un rosario, una cruz, un lazo, una diadema de flores, tal vez alguna pulsera… podrán aportar el toque justo.

Además de la indudable importancia religiosa de la Primera Comunión, esta se ha convertido en un evento social de primer nivel. Los preparativos de este día han ido cobrando mayor complejidad con el paso de los tiempos. Por ello, hay que tener en cuenta muchos detalles.

Te invitamos a Nôtre Atelier para que, en un ambiente distendido, acogedor y profesional, tanto tú como tu hija y nosotras demos con el vestido que ¡la convierta en princesa por un día!

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