
Hace ya algún tiempo que optar por los raciales vestidos de novia flamencos se ha convertido en una elegante tendencia. Estos vestidos, más allá de un tema cultural, vienen pisando fuerte en el mundo de la moda de los vestidos de novia.
Y es que, aunque cada región de España cuenta con un traje característico, el único que trasciende las diferencias y es considerado como el vestido español por excelencia, es el de flamenca. Festivo, femenino, único y, gracias a la labor de distintos diseñadores, sofisticado son los rasgos principales de este tipo de vestidos, que alcanzan su mayor cota de estilo al adaptarse a las características propias de los vestidos de novia. Por todo ello, en esta ocasión, en Nôtre Atelier Alta Costura, te mostramos el deslumbrante mundo de los vestidos de novia flamencos.
Breve historia del traje de flamenca
Las primeras referencias que se tienen de la existencia del vestido de flamenca, de un aspecto muy similar al que conocemos en la actualidad, se sitúan en el siglo XVIII. En ese siglo y hasta 1929, los también llamados vestidos de sevillana, de guitarra o de gitana solo los llevaban las clases más humildes de Andalucía, sobre todo, en Sevilla, ciudad donde parece ser que se creó esta indumentaria.
La inmensa mayoría de las mujeres que lucían vestidos de flamenca eran de etnia gitana (normalmente, campesinas), quienes los llevaban al acompañar a sus maridos en las ferias de ganado y, también, al realizar sus labores cotidianas. Estos vestidos eran muy sencillos, simplemente unas batas de percal adornadas con discretos volantes.
Si durante años y años el vestido de flamenca fue el propio de las mujeres de las clases más desfavorecidas de Andalucía, ¿qué ocurrió para que en 1929 se consagrará como la prenda más elegante para acudir a las ferias?
La respuesta es sorprendente, el diseño de las humildes batas de percal fascinó a las mujeres de la aristocracia y la burguesía que acudían a las citadas ferias de ganado. Así que lo adaptaron y lo convirtieron en el sensacional vestido que es ahora. De forma paralela a este refinamiento, las ferias dejaron de ser de ganado para convertirse en las fiestas que son en la actualidad, como la Feria de Abril o la de Málaga.
Durante la Exposición Iberoamericana de 1929 de Sevilla, las mujeres de la alta sociedad allí presentes se vistieron de flamenca, lo que dio el espaldarazo definitivo a esta prenda como vestido propio de las mujeres españolas, independientemente de su clase social o edad.
¿Cómo son los vestidos de novia flamencos?
Una respuesta rápida a esta pregunta es que los vestidos de novia flamencos toman lo mejor de la moda flamenca, lo mejor de la nupcial y lo fusionan dando lugar a piezas sofisticadas, estilosas y sencillas, en el sentido más positivo y elegante de la palabra.
Esta primera aproximación ya resulta absolutamente evocadora, pero para que puedas visualizar en tu cabeza la grandeza minimalista de los vestidos de novia flamencos, hemos elaborado una lista con sus características principales:
- Tul en el bajo de la falda.
- Volantes, que suelen ser de encaje, para no resultar pomposos. Si lo que quieres es un vestido de novia de inspiración flamenca, lo mejor es que los volantes solo se encuentren en la falda. En cambio, si lo que prefieres es casarte con un vestido de flamenca en su máxima expresión, pero de blanco nupcial, los volantes también pueden situarse en las mangas.
- Cola de sirena. Los vestidos de novia flamencos, al beber de la bata de percal, resaltan el cuerpo de la mujer y lo “moldean” para que adquiera el aspecto de una guitarra española. Esto no es accidental, puesto que otro de los nombres que, desde siempre, han tenido los vestidos flamencos ha sido de guitarra.
- Admiten más colores que el resto de vestidos de novia. Además del blanco y de grisáceos, rotos o beiges, en los vestidos de novia flamencos están permitidos detalles en rojo y dorado.
- Se suelen acompañar de mantillas (con o sin peineta), más que de velos.
- Los complementos pueden tener más duende. Por ejemplo, zapatos con lunares, llevar un sombrero español del que cae una hilera de flores o recogidos bajos que se rematan con flores o de los que parte un velo de estilo mantilla.
- Espalda descubierta, adornada, en ocasiones, con discretos volantes.
Como siempre te decimos en Nôtre Atelier, todo lo que te contamos no es algo fijo e inamovible. Lo que pretendemos es darte toda la información posible para ayudarte a dar con el diseño de novia que más te favorezca y mejor te represente. No existen reglas preestablecidas sino una infinidad de posibilidades que nos vienen de la propia riqueza de la historia, de la moda y ¡de nuestra experiencia! De esta manera, el día de tu boda podrás llevar un maravilloso vestido con el que podrás decir ¡sí quiero! y ¡olé!